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La desertificación y la sequía

La desertificación y la sequía

La desertificación y la sequía van de la mano, aunque tienen significado propio:

La desertificación es la degradación o «pérdida» de los suelos.

La sequía es el cambio o anomalía del clima.

¿Por qué suceden?

La desertificación se ocasiona por diferentes fenómenos, como la deforestación de los bosques, la salinización, la falta de agua y la sobreexplotación de los acuíferos. Generalmente, es producida por las actividades ꟷeconómicasꟷ del ser humano.

La sequía ocurre cuando los niveles del agua están muy por debajo de lo que corresponde a un área determinada. Es decir, no llueve lo suficiente.

¿Qué y quién se ve afectado?

Para 2050 más del 75% de la población mundial se verá afectada por las sequías. Desde el año 2000 la duración de las sequías ha aumentado un 30%. Cada vez son más las naciones «ricas» que sufren de ellas. Queda constatado que ningún país es inmune.

Con la desertificación y las sequías, son muchos los efectos negativos:

La tierra se degrada y deja de ser productiva.

Los espacios naturales se deterioran y se transforman.

Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan.

La biodiversidad disminuye.

Hay menos espacios silvestres que amortigüen la zoonosis y nos protejan de fenómenos climáticos extremos.

¿Qué hace AGRARI?

En AGRARI somos conscientes del problema. Nuestro compromiso gira en torno a tres pilares fundamentales: comunidad, sostenibilidad y equidad.

Trabajamos con productores locales para reducir la huella de carbono.

Promovemos el uso eficiente del agua para disminuir la huella hídrica.

Educamos en productos de temporada y cultivos de la zona climática.

Acortamos la cadena, reducimos la emisión de gases de efecto invernadero.

Visibilizamos al agricultor y permitimos que obtenga lo justo por su trabajo.

Día mundial de la lucha contra la desertificación y la sequía

Cada 17 de junio se conmemora este día, que en 2022 lleva el lema «Superando juntos las sequías». Con esta frase se pretende hacer hincapié en la acción temprana para evitar consecuencias desastrosas para la humanidad y los ecosistemas planetarios.

Este año, España es el país anfitrión, un país vulnerable a la sequía, la escasez de agua y el cambio climático. Tanto la desertificación como la sequía afectan la nación, donde el 74% del territorio es susceptible de ser degradado. Principalmente, los climas más áridos, como los que representan el sureste de la península y las islas Canarias.


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¿Todavía no te has sumado al cambio?

Creemos juntos sociedades resilientes.

Cuidemos el planeta.